El comportamiento de las vacas lecheras a la hora de beber
La alimentación en la ganadería lechera moderna es un gran desafío. Los ganaderos tienen que esforzarse mucho: planes de alimentación, formulación de la ración y la calidad de los alimentos. Sin embargo, muchas veces no se presta suficiente atención a la ingesta de agua, a pesar de que desempeña un rol vital en la producción de leche, el control y la regulación de la temperatura corporal y muchas otras funciones corporales de las vacas.
Consumo diario de agua de las vacas lecheras
El agua cumple muchas funciones en el cuerpo de la vaca. No sólo es un disolvente, sino también un refrigerante y un sistema de transporte. Sin una cantidad suficiente de agua, la producción de leche también se reduce.
Las vacas necesitan entre 60 y 120 litros de agua por día. La cantidad necesaria depende del peso del animal, de la ingesta diaria de alimento y de la temperatura ambiental, pero también de la producción de leche y del día de lactancia. Una vaca seca, por ejemplo, necesita entre 50 y 70 litros de agua por día. Una vaca de alta lactancia necesita hasta 200 litros en un día caluroso.
El agua potable cubre entre el 80% y el 90% de la demanda diaria de agua de una vaca. El resto se ingiere a través del alimento. Las vacas van al bebedero entre 3 y 10 veces al día, y en los pastos entre 2 y 5 veces, donde beben entre 5 y 8 litros de agua por minuto. Esta cifra puede ser incluso mucho mayor: hasta 25 litros por minuto. Las vacas lecheras son las que más agua necesitan tras el proceso de ordeño y la ingesta de alimento.
La siguiente tabla muestra la cantidad de agua que necesita una vaca lechera (de unos 700 kg) en litros al día:
Causas de la escasez de agua y posibles efectos
Las posibles causas de la escasez de agua son:
No hay suficientes comederos para el número de animales
Ubicación incorrecta del bebedero
El bebedero no funciona correctamente
Tipo de bebedero incorrecto
Flujo de agua insuficiente
Comederos sucios
Mala calidad de agua
Si los animales no tienen suficiente acceso al agua, consumen menos alimento y sus niveles de rendimiento y actividad disminuyen considerablemente. También excretan menos orina. Sin embargo, la concentración de orina aumenta. Esto puede conducir a una mayor posibilidad de enfermedades e incluso de envenenamiento.
Si una vaca no es capaz de cubrir la demanda de agua que necesita, puede provocar estrés. Especialmente durante los meses de verano, la combinación de la falta de agua y las altas temperaturas ponen a prueba el organismo y el metabolismo del animal, haciendo que coma menos y, por tanto, dé menos leche.
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