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Orientaciones para mejorar el suministro de agua a las vacas lecheras

Los ganaderos suelen pedir consejos sobre cuestiones relacionadas con la alimentación, como las raciones, las ingestas, la palatabilidad, la presentación y el espacio en los bebederos.


Pero cuando se trata del nutriente más importante para las vacas, el agua, son menos constantes.


Sin embargo, el agua adquiere una gran importancia tanto para las vacas alojadas como para las que pastorean durante el verano.


El agua es necesaria para una fermentación ruminal óptima y constituye al menos el 87% de la leche.


Una vaca que da 30 litros de leche al día, con una ración mixta a base de ensilado cuando la temperatura es de 20ºC, beberá más de 100 litros de agua por día. Es decir, tres litros de agua por cada litro de leche.


Por lo tanto, un acceso fácil al agua fresca de buena calidad es realmente importante para optimizar la producción. La mayoría de las explotaciones tienen margen de mejora y, por tanto, de aumento de la salud y la producción.


Los dos puntos principales para tener en cuenta son el acceso de las vacas al agua y la calidad del agua disponible.



1. ACCESO

Fíjese en lo que le dicen las vacas: ¿hay alguna vez un bebedero vacío o animales esperando su turno para beber?


Es importante asegurarse de que las novillas y las vacas sumisas no tengan que esperar o son empujados lejos del bebedero.


Las vacas con acceso restringido al agua de forma repetida muestran una disminución del rendimiento del 2,5% y un descenso del 1,7% en la grasa butírica.


Tiempo y espacio

Para una salud y producción óptimas, la vaca debe pasar de tres a cinco horas al día comiendo, 30 minutos bebiendo, 12-14 horas acostado y dos o tres horas socializando.

El ordeño dura varias horas, así que cuanto menos tiempo pasan las vacas haciendo fila o caminando hasta el bebedero, mejor.


Se recomienda que el 10% de las vacas puedan beber en cualquier momento. Para dejar espacio suficiente para ello, se necesitan 10 cm de espacio de bebedero para cada vaca del rebaño.


La altura recomendada para un bebedero es de 850 mm desde el suelo. Lo ideal es que haya un pasillo de 3,6 m detrás para que puedan pasar dos vacas detrás de las que beben.


Velocidad de llenado

Se recomienda un caudal mínimo de 10 litros por minuto, pero lo que realmente se necesita dependerá, en parte, del tamaño del bebedero.

El llenado del bebedero puede mejorarse con tuberías más anchas, bombas o un tanque de reserva para utilizarlo en momentos de gran demanda.


Acceso para todos

Recuerde que las vacas más sedientas y vulnerables son las que están a punto de parir o acaban de hacerlo.


Un buen suministro de agua a las vacas secas puede ayudar a mejorar su ingesta de materia seca (especialmente cuando la ración contiene mucha paja).


Una ingesta suficiente después del parto reducirá el balance energético negativo y todos los problemas de salud asociados.


Es posible que una vaca no se levante a beber durante un tiempo después del parto, por lo que conviene llevarle un cubo grande de agua caliente.



2. CALIDAD

Niveles de bacterias

Si no utiliza agua de la red, tenga en cuenta el tratamiento del agua del campo.


Los filtros ultravioletas sólo funcionan con un determinado caudal y no funcionan con el agua turbia. Si tiene un tanque aéreo, esto podría permitir la proliferación de bacterias incluso antes de que llegue a los bebederos.


Las vacas suelen preferir las fuentes de agua naturales, pero hay que gestionarlas con cuidado. Las vacas no deben beber de arroyos que hayan pasado por otra explotación ganadera, ya que se corre el riesgo de transmisión de enfermedades como la tuberculosis.


Minerales

Hay que tener en cuenta el contenido en minerales del agua.


Los altos niveles de hierro y manganeso no sólo pueden reducir la palatabilidad, sino que aumentan el estrés oxidativo de las vacas.


Esto debilita su función inmunitaria y puede provocar un aumento de la mastitis, un mayor recuento de células somáticas, la retención de las membranas fetales o una menor fertilidad.


Acidez

Observe el pH del agua de bebida. Un agua demasiado ácida podría contribuir a la acidosis ruminal subaguda. Como en muchos aspectos de la ganadería lechera, la atención a los detalles es clave, pero este mayor cuidado se verá recompensado con mejoras en el rendimiento.

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